viernes, 25 de junio de 2010

Cuarto día - Herrerías - Loyo (Portomarín) (21/06/2010)

Nos levantamos a las 7:30 y a las 8:00 tal y como habíamos quedado la noche anterior con el dueño de la posada nos preparó un desayuno para coger fuerzas y realizar la dura subida a O Cebreiro.

Comenzamos la ruta bien abrigados por el fresco que hacía pero en cuanto llevábamos 2 Km. de subida nos sobraba toda la ropa. La subida a O Cebreiro era tan dura como nos habían explicado, pero nosotros poco a poco sin agobios fuimos subiendo hacia la cima con menos sufrimiento del que esperábamos. Volvimos a agradecer los últimos 6 meses de entrenamiento. A mitad de la subida nos volvimos a encontrar con Rafa el cordobés empujando la bici cuesta arriba, era la segunda vez que nos encontrábamos con él durante nuestro camino. Al llegar a la cima de O Cebreiro nos encontramos con José Manuel "el de Gijón", un bicigrino de 66 años que venía desde Roncesvalles y si de algo nos vamos a acordar de él, es de lo positivo y "cachondo" que es. Al de Gijón nos lo encontraríamos durante todo nuestro camino y siempre con un buen humor admirable.








Empezamos el descenso con una alegría en el cuerpo porque habíamos superado el mayor de nuestros miedos, subir O Cebreiro, y a partir de entonces pensábamos que habíamos hecho lo peor y que el resto visto lo visto sería mucho más cómodo. Nada que ver con la realidad, al poco de descender hay una gran subida, el Alto do Poio, que nos puso en nuestro sitio recordándonos que el camino no es fácil hasta que llegas a Santiago.




A partir del Alto do Poio empezó la bajada por carretera más larga y rápida que habremos realizado nunca, una bajada interminable y a una velocidad que te pasaba por la cabeza si las bicis tipo mountain bike estaban hechas para esas velocidades. Al final de la bajada entramos en un pueblo que no recuerdo el nombre y paramos a comprar en un super comida y bebida que al momento nos tomamos en un parque. Al estar descansando vimos pasar al de Gijón acompañado de un nuevo bicigrino que no habíamos visto en todo el camino y que en cuanto nos vió pararon las bicis y vinieron donde estábamos nosotros. Como siempre al encontrarnos con otros bicigrinos la alegría que nos provoca es inexplicable, y más si se trata de José Manuel, siempre con el mismo buen humor. El otro bicigrino era Vicente que tenía 40 años y era de Vigo, a partir de este momento el fue nuestro nuevo compañero de viaje hasta Santiago. Era un portento físico, cuando nosotros subíamos apurados lo veías a él hablando y dando vueltas en redondo con la bici para esperarnos de lo sobrado que iba. Al momento apareció Rafa el Cordobés que no dudó en parar a saludarnos y nos hicimos unas fotos los 4 juntos.

Reanudamos la marcha los 4 pero en cuanto hubo una pendiente Rafa y José Manuel se quedaron atrás, Vicente, Piri y yo continuamos sin parar hasta Sarria por una carretera asfaltada de subidas y bajadas. En principio Sarria era el final de la etapa que nos habíamos planteado, pero entre los 3 decidimos avanzar unos 15 km. que resultaron ser 20 ya que el hostal que Piri y yo habíamos localizado no nos convenció del todo. Estos últimos 20 km. fueron muy machacantes debido a la calor de las 3 de la tarde, las constantes subidas y bajadas por asfalto, la sed y que hacía pocos días que habían asfaltado de nuevo la carretera y el alquitrán echaba un olor insoportable y además provocaba una mayor temperatura. Todos estos inconvenientes me provocaron un desvanecimiento físico que al parar en un pueblo, tuve que beber urgentemente una Coca Cola y comerme una barrita energética para evitar la típica pájara que ya estaba viendo venir. Descansamos 10 minutos y avanzamos 4 km. hasta Loyo, donde encontramos habitación en una pensión que mejor no nombrarla por lo sucia, dejada y pocos servicios de que disponía sin nombrar la poca simpatía de los propietarios. Cenamos viendo el partido del mundial España-Honduras (2-0) y nos fuimos a dormir, eso sí, sin ver la tele porque habían robado los TDT y el dueño nos dijo que para que iba a comprar más si se los volverían a robar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario